sábado, 12 de febrero de 2011

DESHACER EL GENERO

Chicos, he tratado de resumir un poco nuestra sesion pasada en base al texto de la Maestra Judith Butler. Se que se me deben hacer pasado cositas, asi que les ruego que complementen este texto con sus apuntes y reflexiones sobre el texto y las cuelguen tmb para tener una informacion mas diversa y completa. Agrego 2 fotos, Judtih Butler en sus anios mozos y Judith Butler hacer 3 anios.



Butler afirma que la normatividad de toda sociedad tiene 2 propósitos: por un lado, delinear los fines y aspiraciones que nos guían como sociedad y por otro, la normalización.
En ese sentido, todo aquello que escape a esa normatividad es considerado un error o una perversión. Algo que debe ser corregido.
Dentro de esta normatividad, se establecen criterios para los diferentes aspectos que componen el desarrollo humano y de una sociedad en particular. Criterios que determinan que es lo correcto, que es lo bello, que es lo bueno, que es lo normal, que es lo humano.
El género no escapa a estas premisas. Todas las expresiones de genero que observamos en la actualidad - que se enfrentan a la normativa que nos rige al desafiar el sistema binario de genero - traen a un primer plano la discusión que plantea Butler. ¿Qué vida se considera vida? ¿Quienes tienen derecho a vivir? Y más específicamente, ¿hasta qué punto el género coherente garantiza una vida habitable y el no coherente, una amenaza de muerte constante?
Butler sugiere que figuras como el travesti, el marimacho o el afeminado, consideradas principalmente copias de una masculinidad o feminidad heterosexuales, muestran como los originales (hombres y mujeres heterosexuales) están construidos de una forma similar y se establecen en el hacer y actuar diario. El origen, nos dice, es tan performativo como la copia. Planteando de esta manera que miremos más allá de lo que es original o lo que es copia. Igualando las reglas de género dominantes y las no dominantes, ya que todos de alguna forma estamos constantemente construyendo nuestras identidades.
Butler se pregunta si la tan disputada diferencia sexual es necesariamente heterosexista y si es posible variarla.
En la definición de género binario se reclama lo biológico como lo valido. El sexo es la marca de tu identidad y tu coronación como hombre o mujer. Sin embargo, en esta definición se ignora el importante trayecto que experimenta cada individuo para llegar a esa identidad. El carácter performatico de la construcción.
Resulta inútil entonces tratar de hablar de una categoría especifica de identidad, debido a la naturaleza tan variable y distinta de la misma. Cada individuo construye su yo de una forma peculiar y propia.
Butler usa la figura del drag para ahondar en este tema. El hecho de que se considere la performance del drag como real o falsa, o que se defina una presentación de género como real o copia, evidencia que existe una ontología de genero que condiciona nuestro juicios sobre lo que hace a una mujer o a un hombre verdaderos, o que tipo de cuerpos e identidades son válidos y reales y cuáles no.
Estas preguntas finalmente nos remiten a una cuestión de saber y poder. Para Butler el poder se disimula como ontología y estas suposiciones ontológicas son operativas y pueden abrirse a la rearticulación.


La presencia del drag y del transgénero no solo cuestionan lo que es real y lo que debería ser real, sino que muestran como las nociones de realidad contemporáneas pueden ser cuestionadas y como nuevos modos de realidad puede ser constituidos.
Butler diferencia al ser irreal del oprimido. Ella entiende a los transgénero no como seres oprimidos, pues el ser oprimido es indicativo de que existes y gozas de ciertos derechos y libertades (aunque restringidos). En cambio, los individuos que osan cruzar las fronteras de géneros, son más que oprimidos, son irreales, pues no gozan de los derechos básicos del ser humano: no pueden hablar, vestir y actuar libremente; no pueden amar libremente; deben callar su identidad, esconderla, mentir; no pueden casarse ni formar una familia; al ser estigmatizados no tienen las misma oportunidades laborales, económicas y de estatus social; en resumen su yo es anulado al no poder SER libremente, lo cual origina en ellos una propia percepción de irrealidad.
En conclusión, para Butler no se trata de crear nuevos géneros. Tampoco de entender al drag, transgénero, etc como una trasgresión de la realidad, ni mucho menos como una aberración.
Al contrario, para ella, estos géneros han existido desde hace mucho tiempo solo que aún no son admitidos dentro los términos que rigen la realidad. No son nombrados propiamente, sino que los mismo términos que se les designa viene acompañados de una connotación negativa.
Como conversábamos en nuestra sesión pasado, esta multiplicidad de géneros ha estado presente a lo largo de la historia en diferentes matices, pero se ha encaletado en otras formas para ser legitimada. Lo que no se nombra, no existe. Y como afirma Butler, se trata de desarrollar un nuevo léxico legitimador para esta complejidad degenero que siempre hemos estado viviendo.
No lo veamos como una excepción a la regla, sino como una ampliación de la misma. O mejor aún, mantengamos abiertos los conceptos que nos definen como sociedad, como seres humanos, etc. Que no exista un fin para seguir definiendo o para seguir contando cuantos géneros, identidades, cuerpos y de que tipos existen y son reales.

• Ontología: Una ontología es una especificación explícita de una conceptualización, es decir proporciona una estructura y contenidos de forma explícita que codifica las reglas implícitas de una parte de la realidad, independientemente del fin y del dominio de la aplicación en el que se usarán o reutilizarán sus definiciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario